La psicomotricidad es una técnica que favorece el desarrollo global de todas las áreas: intelectual, afectiva y motora. Se diseñan contextos para la exploración y la experimentación activa por parte de los niñ@s con intención de ofrecer un espacio donde tenga lugar el aprendizaje aprovechando estratégicamente el juego. Se desarrolla a través de la vivencia de lo corporal, lo sensorial y lo relacional.

 El niñ@  es acompañado por el psicomotricista formado, que diseñara el espacio y los materiales según las necesidades del niño, potenciando  su expresión personal y estableciendo una relación   con la finalidad última de facilitar el acceso  a lo simbólico, buscando comprender la realidad subjetiva de cada persona su forma de relacionarse y en que aspectos precisa ayuda. Para poder comunicar se utilizaran diferentes lenguajes; dibujo, modelado, construcciones y esto nos llevará al acceso de la escritura.

El psicomotricista interviene sobre los patrones sensomotrices, cognitivos y relacionales por medio de modificaciones en la situación como compañero de juego, con objeto de canalizar dichos patrones hacia alternativas más deseables, así por ejemplo propiciará el paso de los juegos de agresión a juegos de competición y por último llegar  a los juegos de cooperación.

¿Qué no es psicomotricidad?

No es hacer circuitos con los niños para que salten o corran, no es un parque recreativo, ni tampoco es un dejar hacer sin sentido, tampoco es una clase de gimnasia.

¿A quiénes  se  dirige?  A niñ@s  desde  bebes hasta los 7-8 años.

La psicomotricidad es adecuada para tod@s los niñ@s  tengan o no tengan dificultades, en el caso de dificultades o patologías es una técnica privilegiada para poder diagnosticarlas y trabajar sobre ellas.

La psicomotricidad vivenciada ayuda a evolucionar en el desarrollo motor y psicológico del niño y lo hace a través de la conexión de lo psíquico con lo motor, está metodología   permite experimentar con el movimiento libre y espontaneo, percibir su propio cuerpo y construir su identidad para llegar al pensamiento racional.

La relación dinámica entre acción y el pensamiento, entre el cuerpo y la mente son aspectos fundamentales del desarrollo. Entendiendo el cuerpo en relación con el mundo, con los otros y sobre todo con los propios deseos e intenciones.

La psicomotricidad vivenciada  se trabaja sobre la globalidad del niño, teniendo en cuenta el desarrollo madurativo de cada individuo como un ser único respetando el ritmo individual de cada niñ@ .Se sitúa el desarrollo afectivo en el centro de su interés y será el punto de partida para la intervención. Una buena relación con el mundo potencia la curiosidad , la exploración y el interés por transformar la realidad y esto, repercute directamente en los procesos cognitivos para enriquecer el juego.

¿Qué estamos favoreciendo con la psicomotricidad vivenciada?

En el desarrollo motor: el niño recorrerá las etapas del desarrollo afianzando los aprendizajes, experimentando con las diferentes, posturas, desplazamientos, pero sobre todo aprenderá  un conocimiento de su propio cuerpo con sus limitaciones y capacidades.

En el desarrollo cognitivo o intelectual : afianza los aprendizajes ya que llega a ellos a través de la propia práctica, desde la curiosidad,  y el placer  experimentará construyendo así las nociones de espacio-tiempo-velocidad…etc, practicará la atención partiendo de sus propios intereses y será capaz de tomar decisiones  y poder crear desde su deseo.

En el desarrollo afectivo: la psicomotricidad proporciona un espacio donde  aprender a expresar  el  mundo interno (miedos, fantasías, agresividad…etc. para ir transformándolo en comunicación, un lugar donde resolver los conflictos entre iguales, una construcción a través de la relación con el otro.

Estas tres áreas se trabajan de forma global porque se interrelacionan, de manera que un bloqueo en lo emocional puede afectar directamente sobre la dificultad para aprender.